Esta dinámica responde a una combinación de factores tanto externos como internos.

A nivel global, la debilidad generalizada del dólar y la caída del 6,8 % de su valor a nivel mundial han favorecido a las monedas emergentes. A nivel local, el atractivo de Colombia como destino de inversión ha sido crucial. Según Jhon Torres Jiménez, economista de Native Capital Management, “una de las razones del fortalecimiento del peso es precisamente su rentabilidad. Colombia mantiene una de las tasas de interés más altas de América Latina, lo que convierte al peso en una opción atractiva para quienes buscan retornos superiores en renta fija”.

Este escenario beneficia a viajeros, importadores y empresas con deudas en dólares.

Sin embargo, los analistas advierten sobre la volatilidad y los riesgos futuros.

La Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia proyecta que el tipo de cambio podría cerrar el año en un promedio de $4.237, lo que implicaría una depreciación moderada debido a riesgos fiscales y la postura de la Fed. La recomendación para los interesados en comprar dólares es comparar tasas y calcular costos totales, ya que un cambio en las condiciones externas podría revertir rápidamente la tendencia actual.