Este panorama macroeconómico establece el telón de fondo para el comportamiento de los mercados financieros y las decisiones de inversión.

Según las proyecciones del grupo Bancolombia, la economía colombiana experimentará un crecimiento del PIB del 2,6 % en 2025, impulsado principalmente por el dinamismo del sector privado.

No obstante, este crecimiento moderado coexiste con varios riesgos.

La misma institución financiera advierte sobre "riesgos fiscales, la posible rebaja en la calificación soberana y la postura de política monetaria de la Reserva Federal", factores que podrían llevar a una depreciación moderada del peso hacia un promedio de $4.237 para fin de año.

Esta visión cautelosa es compartida por otros analistas.

Cibest Capital, por ejemplo, señala una "baja expectativa de crecimiento de utilidades para 2025" como un factor que podría limitar el potencial de valorización del mercado de acciones. A este escenario se suma un indicador preocupante del lado de la demanda interna: la confianza del consumidor. La encuesta de Fedesarrollo para agosto de 2025 reveló un deterioro significativo, con el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) cayendo 7,7 puntos porcentuales hasta un balance de -2,4 %. Esta disminución, impulsada por una peor percepción de las condiciones económicas actuales, podría anticipar una contracción en el consumo de los hogares, afectando el desempeño de sectores clave para la economía.