Los inversores siguen de cerca las consecuencias para la segunda economía más grande de la eurozona y su capacidad para abordar el déficit fiscal. El gobierno minoritario de Bayrou, el cuarto en tres años bajo la presidencia de Emmanuel Macron, cayó tras perder una moción de confianza con 364 votos en contra y 194 a favor. La derrota era ampliamente esperada, ya que el primer ministro no logró conseguir apoyo para sus planes presupuestarios de 2026, diseñados para reducir un déficit que el año pasado casi duplicó el límite del 3 % establecido por la Unión Europea. La inestabilidad política resultante es considerable, ya que Macron deberá nombrar un quinto primer ministro en menos de dos años, lo que probablemente no ofrecerá una "solución política duradera".
La reacción inicial del mercado fue de cautela, con las bolsas europeas abriendo con resultados mixtos.
Ahora, los mercados franceses enfrentan una prueba crucial el viernes, cuando la agencia Fitch Ratings revise su calificación crediticia 'AA-' con perspectiva negativa.
Esta situación se suma a una rebaja previa por parte de Moody's, lo que subraya la "presión aguda" que enfrenta Francia para "reparar sus finanzas" en medio de la turbulencia política.