Adicionalmente, la tasa de desempleo aumentó 0,1 puntos porcentuales, ubicándose en 4,3%. Esta inesperada debilidad del mercado laboral estadounidense generó una reacción inmediata en los mercados de divisas, debilitando al dólar frente a sus principales pares y, en particular, frente a las monedas de mercados emergentes. Los analistas interpretaron estos datos como una señal clara de enfriamiento económico, lo que refuerza el escenario de una flexibilización monetaria por parte de la Reserva Federal. Las expectativas de un recorte de tasas en la reunión de septiembre se consolidaron, lo que a su vez presionó a la baja al dólar y benefició a activos de mayor riesgo en otras geografías.