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En Asia, los mercados mostraron un comportamiento divergente.

El principal índice de Japón, el Nikkei, subió un 1,53 %, animado por el sector tecnológico y siguiendo las ganancias de Wall Street. En contraste, los mercados chinos se desplomaron, con caídas del 1,12 % en el Hang Seng de Hong Kong y del 1,25 % en el índice de Shanghái, después de que se informara que los reguladores financieros estaban considerando restricciones a la especulación.

En Europa, las bolsas abrieron con un “tono casi neutro”. Fráncfort subió un 0,44 % y Londres un 0,17 %, mientras que París cayó un 0,44 %.

La volatilidad en la región durante la semana fue atribuida a una “venta masiva de deuda gubernamental a largo plazo” en varios países, debido a preocupaciones sobre los desafíos fiscales. Sin embargo, el nerviosismo en los mercados de bonos fue parcialmente calmado por declaraciones de funcionarios de la Fed, como Christopher Waller, que reforzaron las apuestas de un recorte de tasas en EE. UU., un factor que también mantiene a los mercados globales “en ascuas”.