Esta situación llevó a que Nvidia no incluyera las ventas chinas en su pronóstico.

El impacto se sintió a nivel global.

En Europa, las acciones de semiconductores mostraron un comportamiento dispar: ASML y BE Semiconductor Industries cayeron, mientras que Infineon Technologies y ASM International subieron. En Estados Unidos, los resultados de Nvidia fueron un factor clave en la dinámica del S&P 500. A pesar de que el índice alcanzó máximos históricos, los retrocesos en las acciones de Nvidia generaron dudas sobre la continuidad del rally tecnológico, que ha sido el principal motor del mercado. Los analistas consideran que la capacidad de Nvidia para sorprender al mercado “está mostrando signos de moderación”.