En un día, el precio perdió un 0,24 %, negociándose a US$3.340,5. En la jornada siguiente, registró un descenso similar del 0,23 %, ubicándose en US$3.331,1.
Este comportamiento sugiere que, si bien la incertidumbre económica global brinda un soporte subyacente al metal, los inversores se mantuvieron al margen antes de tomar posiciones significativas. La atención estaba centrada en el simposio de Jackson Hole, ya que las declaraciones de los banqueros centrales, especialmente de Jerome Powell, son determinantes para la política monetaria. Una postura más restrictiva (hawkish) por parte de la Reserva Federal podría fortalecer al dólar y presionar a la baja al oro, que no devenga intereses. Por el contrario, una señal de futuros recortes de tasas podría debilitar al dólar y hacer más atractivo al metal dorado como activo de reserva de valor.