Las referencias Brent y WTI mostraron ganancias durante las sesiones analizadas.
Un factor clave para el alza fue la caída inesperada de los inventarios de crudo en EE. UU., el mayor consumidor de energía del mundo. Según la Administración de Información Energética, las reservas de crudo disminuyeron en seis millones de barriles, mientras que las de gasolina cayeron en 2,7 millones, ambas cifras superando las expectativas del mercado. Esto fue interpretado como una señal de demanda robusta durante la temporada de verano.
Adicionalmente, la situación en Ucrania contribuyó a la presión alcista.
Con el conflicto sin señales de resolución, los operadores valoraron un mayor riesgo de interrupción en el suministro de crudo ruso al mercado global. En las negociaciones, el barril de petróleo Brent, de referencia para Europa, superó los US$67, cotizando con alzas superiores al 1 %. Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos se negoció por encima de los US$63 por barril, también con incrementos significativos. A pesar de un ligero retroceso al final de una de las jornadas, la tendencia semanal se perfilaba positiva.