Ecopetrol, la empresa más grande de Colombia, se encuentra en el centro de un debate nacional por su papel en el déficit fiscal y por conflictos internos en su filial Hocol, generando incertidumbre sobre su gestión y estabilidad. El presidente Gustavo Petro ha señalado que los $72,8 billones pagados para saldar la deuda del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), heredada del gobierno anterior, son "uno de los mayores errores de política fiscal de los últimos tiempos" y una causa principal del déficit actual. Petro calificó el subsidio como "inconstitucional" y propuso que esta deuda sea pagada por "los más ricos de la sociedad" en una próxima reforma tributaria. En contraste, Ecopetrol, a través de su vicepresidente financiero, ha precisado que si bien recibió dichos pagos, la compañía aportó a la Nación casi el doble, $141,1 billones, en impuestos, regalías y dividendos durante el mismo periodo, argumentando que es "impreciso" culpar a los pagos del FEPC por la situación fiscal.
A esta tensión externa se suma una controversia interna.
El expresidente de Hocol, Luis Enrique Rojas Cuéllar, difundió un comunicado con señalamientos sobre presiones y campañas de desprestigio en su contra. Sin embargo, la Red de Veedurías de Colombia, liderada por Pablo Bustos, ha cuestionado la seriedad de estas denuncias por ser tardías y carecer de respaldo probatorio, haciendo un llamado a "rodear a Ecopetrol" y proteger la institucionalidad de la empresa frente a declaraciones que considera sin el debido sustento legal.
En resumenEcopetrol navega en aguas turbulentas, enfrentando una disputa pública con el presidente Petro sobre el impacto fiscal de los subsidios a los combustibles y, simultáneamente, manejando las repercusiones de denuncias de un exdirectivo de Hocol, lo que pone a prueba la gobernanza y reputación de la compañía.