Este dinamismo se refleja a nivel regional.
Santander, por ejemplo, registró un crecimiento histórico del 66,8% en sus exportaciones no minero-energéticas durante el primer semestre de 2025, alcanzando US$ 275,8 millones, con el sector de agroalimentos liderando con un aumento del 87,7%.
Productos como el cacao, el café y la carne bovina impulsaron estos resultados.
En paralelo, existe un fuerte impulso hacia la transformación del sector a través de la bioeconomía. Un artículo de opinión en La Silla Vacía destaca el potencial de los bioinsumos (fertilizantes y plaguicidas basados en virus, hongos y bacterias nativas) como una ventaja competitiva para el país. Se estima que este mercado global superará los 15 mil millones de dólares en 2029. Iniciativas como el proyecto SWAN en el Cauca, que busca convertir cultivos de café y cacao en sistemas agroforestales sostenibles, y el desarrollo de bioplaguicidas por parte de Agrosavia, son ejemplos de cómo la ciencia y la tecnología están redefiniendo el futuro del agro colombiano hacia un modelo más rentable y amigable con el medio ambiente.