Este crecimiento moderado refleja un comportamiento desigual entre los diferentes sectores productivos del país.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) informó que el crecimiento acumulado para el primer semestre del año alcanzó el 2,4%. Las actividades que más impulsaron la economía fueron las artísticas y de entretenimiento, con un notable aumento del 7,5%, seguidas por el comercio, transporte y alojamiento, que crecieron un 5,6%, y el sector de agricultura y ganadería, con un 3,8%. El presidente Gustavo Petro destacó el crecimiento desestacionalizado como el más alto de su gobierno, con un 2,5%, y resaltó el buen desempeño de la industria no petroquímica. Sin embargo, el resultado general no disipó las preocupaciones de diversos gremios.
Fenalco calificó la reactivación como “muy débil y vacilante”, mientras que la ANDI señaló que el crecimiento de la industria (0,9%) se mantiene por debajo del promedio general. Los principales lastres para la economía fueron la explotación de minas y canteras, que se contrajo un 10,2%, y la construcción, con una caída del 3,5%. Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, atribuyó el descenso del sector a regulaciones restrictivas y un entorno de incertidumbre que afecta la inversión. Por el lado del gasto, el consumo de los hogares se mantuvo como un motor clave, con un aumento del 3,7%, mientras que la inversión total sigue en niveles considerados bajos, por debajo del 17% del PIB, lo que representa un desafío para la sostenibilidad del crecimiento a mediano plazo.