La icónica empresa de fotografía Eastman Kodak Company se encuentra nuevamente al borde de la quiebra, tras advertir a sus inversores que podría no tener la liquidez suficiente para continuar operando. Esta situación pone en riesgo una historia empresarial de más de 130 años que revolucionó la industria fotográfica. En su informe de resultados trimestrales presentado el 11 de agosto, Kodak señaló que no cuenta con financiación comprometida para cubrir deudas estimadas en 500 millones de dólares. Como medida para mejorar su liquidez, la compañía ha decidido suspender los pagos de su plan de pensiones. Tras el anuncio, las acciones de Eastman Kodak registraron una caída superior al 7 % en las operaciones previas a la apertura del mercado, reflejando la profunda preocupación de los inversionistas sobre el futuro de la empresa. Jim Continenza, CEO de Kodak, intentó matizar la situación afirmando que, a pesar de los desafíos, la empresa “continúa avanzando en su estrategia a largo plazo”. Esta no es la primera crisis financiera grave para Kodak.
En 2012, la compañía se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos al no poder solventar una deuda de 6.750 millones de dólares.
Logró recuperarse temporalmente en 2020, cuando el gobierno estadounidense la seleccionó para producir ingredientes farmacéuticos, lo que impulsó sus acciones.
Sin embargo, las deudas han vuelto a superar su capacidad financiera, dejando su futuro en una situación de incertidumbre. Actualmente, la empresa ha diversificado su negocio más allá de la fotografía, incluyendo impresión digital y tradicional, materiales avanzados y licencias de marca.
En resumenKodak, pionera de la fotografía, enfrenta una grave crisis financiera y ha advertido sobre una posible quiebra al no poder cubrir sus deudas de US$500 millones. La noticia provocó una caída en sus acciones y revive los fantasmas de su bancarrota de 2012, poniendo en duda la supervivencia de la histórica marca.