Analistas como Paula Chaves de HFM señalaron que el mercado local está sintonizando con un panorama global más favorable.

La moderación de la inflación estadounidense alivia la presión sobre las monedas emergentes, incluido el peso colombiano. Desde un punto de vista técnico, el mercado evalúa si se confirmará un cambio de estructura o si, por el contrario, la divisa romperá el mínimo previo de $3.950, lo que ratificaría la continuidad de la tendencia bajista. Este movimiento también estuvo acompañado de una estabilidad en los precios del petróleo, gracias a la prórroga de la tregua arancelaria entre EE. UU. y China, aunque la cautela persiste ante la próxima reunión entre los presidentes de ambas potencias.

El sesgo de apreciación del peso colombiano podría mantenerse, respaldado por fundamentos tanto locales como externos.