Esta situación ha generado un intenso debate sobre la gestión de la compañía y los factores externos que impactan su rentabilidad. La petrolera estatal registró una utilidad neta de $4,9 billones de pesos en el primer semestre, una disminución del 33,2 % frente al mismo periodo de 2024, siendo su peor resultado semestral desde 2021. En el segundo trimestre, la utilidad fue de $1,8 billones, un 46,4 % menos que en el año anterior. El presidente de la compañía, Ricardo Roa, atribuyó el desempeño a factores externos, principalmente la caída del precio del crudo Brent, que promedió $71 dólares por barril frente a los $83 de 2024. Roa destacó que, para contrarrestar este efecto, la producción alcanzó un récord de 751.000 barriles diarios en el semestre. “Lo que estamos haciendo es contrarrestar el efecto de la caída del precio en el mercado con mayor producción”, afirmó.
Sin embargo, estas explicaciones han sido cuestionadas.
El expresidente de la junta, Luis Guillermo Echeverri, calificó la situación como una crisis derivada del “mal manejo”, criticando la reducción de contratos de exploración y el despido de personal técnico clave. De manera similar, César Loza, presidente de la Unión Sindical Obrera (USO), señaló que el aumento de producción obedece a operaciones en Estados Unidos (Permian) y a la compra del campo CPO-09, y no a nuevos hallazgos en Colombia. “Necesitamos incorporar nuevos yacimientos de petróleo y gas”, reveló Loza. La situación financiera de la empresa también se refleja en su valoración de mercado, ya que según un análisis de la Q-Tobin, la acción de Ecopetrol se transa por debajo de su valor en libros con un múltiplo de 0,92.