Roa adquirió un apartamento a una empresa vinculada al empresario del sector de hidrocarburos Serafino Iacono, presuntamente a un precio inferior al del mercado. Meses después, ya con Roa al frente de Ecopetrol, una subsidiaria de la petrolera, Hocol, firmó acuerdos relacionados con el estratégico bloque gasífero Sinú 9, donde una empresa ligada a Iacono (NG Energy) tenía intereses. Covington & Burling advierte que, si bien un caso de soborno bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) es poco probable, la SEC podría investigar a Ecopetrol por posibles violaciones a las normativas contables, específicamente si los controles internos fueron inadecuados para detectar el conflicto de interés y si la documentación de la empresa fue precisa. El memorando subraya que la Junta Directiva “no ha realizado una evaluación independiente” sobre si Iacono recibió algún “beneficio indebido” y que debería cumplir su compromiso con la SEC de investigar las acusaciones. La situación se complica con la revelación de que la propia Junta habría suspendido un contrato con Covington destinado a evaluar estos riesgos, lo que deja abiertas serias dudas sobre la gobernanza corporativa de la mayor empresa de Colombia.
