Sectores estratégicos como Agricultura, Planeación e Igualdad presentan dificultades persistentes para ejecutar sus asignaciones.
El sector agropecuario es un caso emblemático de esta problemática. Indalecio Dangond, consultor agroindustrial, señala que, si bien el presupuesto del agro pasó de 2,4 billones en 2022 a 9,1 billones en 2024, la ejecución en este último año fue de apenas el 38,3 %, calificándola como “el peor desempeño en la historia de la cartera”. Esta ineficiencia tiene consecuencias directas, como el fracaso de la política de bancarización rural, donde solo el 13 % de los productores accedió a créditos Finagro en 2024, y el aumento de la pobreza monetaria rural al 43,4 %. La falta de ejecución también se evidencia en la reforma agraria, donde de las 3 millones de hectáreas prometidas, solo se han comprado 415.000 y adjudicado 232.000, muchas de ellas sin el debido registro, según el análisis de Dangond.