En una publicación en su red Truth Social, Trump afirmó: “No hay otra solución para este problema”.

Las acciones de Intel cayeron más del 2% tras las declaraciones, borrando las ganancias del año.

Lip-Bu Tan llegó a Intel en un momento crítico para la compañía, que ha perdido terreno frente a competidores como Nvidia, AMD y Samsung.

Su predecesor fue forzado a dejar el cargo tras no lograr revertir el declive de la empresa. La exigencia de Trump intensifica la presión sobre Intel, que ya enfrenta desafíos para recuperar su liderazgo en la industria de semiconductores y cumplir con los compromisos de producción en suelo estadounidense, a pesar de haber recibido una subvención de casi 8.000 millones de dólares bajo la “CHIPS Act”.