Brasil enfrenta la tarifa más alta con un 50%, mientras que a Colombia se le impuso un arancel del 10% sobre sus exportaciones.
La Unión Europea logró negociar una tasa reducida del 15%, y otros socios como Japón y Corea del Sur obtuvieron exenciones.
Esta política ha generado una fuerte reacción en la comunidad internacional, con el secretario general de la ONU, António Guterres, calificándola como “desalentadora”. A pesar de las tensiones, los mercados bursátiles mostraron una sorpresiva resiliencia inicial, con los futuros en Estados Unidos y las bolsas en Asia y Europa registrando alzas. Esta reacción se atribuye en parte a exenciones estratégicas para empresas con planes de inversión en EE. UU., como en el sector de semiconductores, y a la expectativa de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
Para Colombia, el impacto directo se sentirá en sectores como manufacturas, agroindustria y textiles, ya que productos clave como petróleo, carbón y oro quedaron excluidos. Sin embargo, gremios como AmCham Colombia advierten que el país perderá competitividad frente a naciones que lograron mejores acuerdos.
Las proyecciones para 2025 indican una posible caída del 8% en las exportaciones y una reducción del 0,1% en el PIB nacional como consecuencia de estas medidas proteccionistas.