La abrupta liquidación fue impulsada por un pesimismo económico que borró 1,1 billones de dólares en valor de mercado. La sesión del viernes en los mercados estadounidenses estuvo marcada por el pánico y las ventas masivas, culminando en la peor caída diaria desde el pasado mes de mayo. El índice de referencia S&P 500 se desplomó un 1,6 %, cerrando en 6.238,01 puntos, mientras que el tecnológico Nasdaq Composite sufrió un retroceso aún más pronunciado del 2,2 %, hasta los 20.650,13 puntos. Por su parte, el Dow Jones de Industriales cedió un 1,2 %, finalizando en 43.588,58 unidades tras perder más de 500 puntos.
Este desempeño negativo coronó una semana de pérdidas acumuladas del 2,4 %, 2,2 % y 2,9 % para los tres índices, respectivamente.
El principal detonante fue un informe laboral en Estados Unidos inesperadamente débil, que se sumó a la reactivación de tensiones comerciales por parte de la administración Trump. Ante este escenario de aversión al riesgo, los inversores buscaron refugio en la seguridad de los bonos del Tesoro estadounidense, lo que provocó un desplome en sus rendimientos; el del bono a 10 años cayó 16 puntos básicos hasta el 4,22 %. Ni siquiera los gigantes tecnológicos escaparon al contagio: Amazon (AMZN) se desplomó un 8,1 % tras presentar perspectivas decepcionantes, y Apple (AAPL) cayó un 2,5 % a pesar de superar las estimaciones de ganancias.