Esta transacción representa un paso estratégico en las relaciones bilaterales y busca, según Maduro, fortalecer la producción agrícola y la soberanía alimentaria en Colombia.
Monómeros, con sede en Barranquilla, es una empresa de vital importancia para el sector agrícola colombiano, ya que controla cerca del 40 % del mercado de fertilizantes y abastece al 80 % de los agricultores del país. La compañía, filial de la estatal petroquímica venezolana Pequiven, estuvo bajo control de la oposición venezolana durante el gobierno de Iván Duque, un período que Maduro calificó como un “secuestro” y una administración caótica. Con la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, la empresa fue devuelta a Pequiven. Ahora, la negociación para su venta al Estado colombiano, presumiblemente a través de Ecopetrol, avanza.
El senador José David Name ha expresado cautela sobre la operación, señalando que “el rescate de esa empresa vale demasiado” y que “Ecopetrol puede comprar un activo negativo”, advirtiendo sobre las posibles pérdidas y las sanciones de Estados Unidos que afectan a la petrolera colombiana. A pesar de las preocupaciones, Maduro destacó que la recuperación de Monómeros ya ha tenido un impacto positivo en el mercado interno colombiano, ayudando a bajar el precio de los alimentos y a estimular la producción campesina. Aún no se han revelado detalles sobre el valor de la transacción.