UU., ha generado una ola de críticas y turbulencias financieras.
La orden ejecutiva establece tarifas diferenciadas que afectarán a más de 60 países.
Aquellos con los que EE. UU. tiene un superávit comercial enfrentarán un arancel del 10 %, mientras que 40 países con los que tiene déficit, incluida Colombia, se enfrentarán a una tarifa del 15 %. Algunos socios clave recibirán un trato más severo, con aranceles del 35 % para Canadá y hasta un 50 % para Brasil, en una medida que Trump vinculó a la “caza de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro.
La reacción de los mercados fue inmediata y negativa.
En Wall Street, el Dow Jones abrió con una caída de 600 puntos, el S&P 500 cayó un 1,6 % y el Nasdaq, de gran peso tecnológico, se desplomó un 2,1 %.
Las bolsas de Europa y Asia también cerraron a la baja. La incertidumbre se vio agravada por el despido de la jefa de la Oficina de Estadísticas Laborales tras la publicación de un informe de empleo más débil de lo esperado, lo que contribuyó a una pérdida de 1,1 billones de dólares en el valor de las acciones estadounidenses. El dólar se debilitó y los rendimientos de los bonos del Tesoro retrocedieron, reflejando el temor de los inversores a una desaceleración económica global. Aunque Trump ha sugerido que hay margen para el diálogo, analistas advierten que la ofensiva podría frenar el crecimiento, alimentar la inflación y generar mayor volatilidad en los próximos meses.