La empresa informó ingresos totales por 22.500 millones de dólares, una cifra ligeramente por debajo de las proyecciones de Wall Street, y una disminución interanual en las ventas por tercer trimestre consecutivo. Específicamente, los ingresos automotrices cayeron un 16% hasta los 16.700 millones de dólares, en comparación con los 19.900 millones del mismo período del año anterior. Esta contracción se produce en un contexto en el que las entregas de vehículos también disminuyeron un 14% interanual, alcanzando las 384.000 unidades. La baja rentabilidad, con ganancias de 40 centavos por acción frente a los 42 estimados, intensificó la reacción negativa del mercado. Analistas señalan que la caída de Tesla es sintomática de un punto de inflexión en la industria, donde factores como el exceso de inventario, la competencia de fabricantes chinos, las tensiones comerciales y un consumidor más cauteloso están reduciendo los márgenes y frenando el crecimiento que antes se daba por sentado en el sector de los vehículos eléctricos.
