Tras su exitosa etapa con Black Sabbath, que vendió más de 75 millones de álbumes, Osbourne se consolidó como solista con 13 álbumes de estudio y ventas que superaron los 51 millones de copias. Sin embargo, una parte significativa de su fortuna provino de su incursión en otros formatos de entretenimiento. El reality show familiar 'The Osbournes' (2002-2005) fue pionero en su género y multiplicó su alcance mediático y sus ganancias. Además, junto a su esposa y mánager Sharon, creó el festival Ozzfest en 1996, un modelo de negocio que generó más de 100 millones de dólares y sirvió de plataforma para nuevas bandas. Su influencia se extendió a la cultura digital con el lanzamiento de la colección de NFT 'CryptoBatz', cuyo precio se disparó tras la noticia de su muerte, demostrando la vigencia de su marca en nuevos mercados. El legado económico de Osbourne continuará creciendo póstumamente con el lanzamiento en 2026 de la película-concierto “Back to the Beginning: Ozzy’s Final Bow”, que promete reforzar su impacto global.
