Su camuflaje es tan efectivo que no solo confunde a sus depredadores naturales, sino también a los observadores humanos, que inicialmente podrían confundirla con una larva real. Los investigadores señalan que, aunque el mimetismo no es extraño en el mundo de las arañas, imitar a una oruga con tanto nivel de detalle sí lo es. Esta especialización sugiere que la especie ha evolucionado durante miles de años en una estrecha relación con su entorno y las presiones selectivas de sus depredadores. El género *Uroballus* ya era conocido por tener extensiones en forma de "cola", pero esta nueva especie lleva la característica a un nuevo extremo, con estructuras que se asemejan a los segmentos de una oruga. El hallazgo subraya la riqueza ecológica de los bosques de Hong Kong y demuestra que la naturaleza todavía alberga fascinantes secretos evolutivos por descubrir.