La inmensa red, de unos 100 metros cuadrados, fue descubierta en la llamada "Cueva del Azufre", un ecosistema oscuro y con altas concentraciones de gases tóxicos. En este ambiente extremo, la base de la cadena alimentaria son microorganismos que metabolizan compuestos de azufre. La colonia está compuesta por unos 69.000 individuos de *Tegenaria domestica* y más de 42.000 de *Prinerigone vagans*. Según la investigación, publicada en la revista *Subterranean Biology*, este es el primer caso documentado de formación de telarañas coloniales y convivencia en estas especies. Los científicos teorizan que esta "colonialidad facultativa" está impulsada por la abundancia de recursos (insectos voladores) y la ausencia de depredadores. Además, la oscuridad total de la cueva podría haber modificado el comportamiento territorial de las arañas, ya que al no poder verse, habrían reducido la competencia. Este descubrimiento demuestra la increíble capacidad de adaptación de la vida en condiciones extremas y abre nuevas preguntas sobre la evolución de la cooperación y el comportamiento social en especies que no suelen ser gregarias.