Tradicionalmente, se pensaba que estos contactos eran más tardíos y geográficamente más limitados.
Esta nueva evidencia obliga a revisar los modelos existentes sobre la migración, adaptación y dispersión de los humanos fuera de África. Implica que los contactos entre estas especies fueron más comunes o se iniciaron en una etapa más temprana de lo que se creía, cambiando las líneas de tiempo de la historia humana. La confirmación de una hibridación temprana en el Levante (la región donde se encuentra Israel) refuerza la idea de que esta zona fue un corredor crucial para las interacciones entre diferentes poblaciones de homínidos. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre nuestro propio pasado evolutivo y la composición genética de los humanos modernos, sino que también subraya la complejidad de las relaciones entre las diferentes especies humanas que coexistieron en el planeta.











