Esta innovación biotecnológica ofrece una alternativa sostenible y eficaz a los pesticidas químicos para combatir enfermedades como el dengue, la malaria y el zika.
El hongo pertenece al género Metarhizium, conocido por su capacidad natural para infectar insectos.
Los investigadores introdujeron un gen que potencia la producción de una feromona atrayente y acelera el proceso de infección. De esta manera, el hongo produce un olor irresistible que atrae a los mosquitos. Una vez que un insecto entra en contacto con las esporas, el hongo invade su cuerpo y lo elimina en pocos días. Una de las ventajas más importantes de este método es su alta especificidad, ya que no afecta a otras especies ni al medio ambiente, a diferencia de los pesticidas químicos, que pueden contaminar y generar resistencia en los insectos. Esto lo convierte en una solución sostenible y duradera para el control de plagas. Los próximos pasos de la investigación se centran en adaptar el hongo para su uso en zonas tropicales, donde los brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos son más frecuentes, y en estudiar su impacto a largo plazo en ecosistemas abiertos para garantizar que su implementación sea segura y controlada. Este avance podría convertirse en una herramienta revolucionaria en la lucha global contra estas enfermedades.












