Este hallazgo abre una nueva vía para tratar daños en el corazón, como los ocasionados por infartos, que hasta ahora se consideraban irreversibles en adultos. El núcleo del descubrimiento radica en que el gen CCNA2, asociado a la división y el crecimiento celular, se desactiva de forma natural después del nacimiento para evitar un desarrollo descontrolado.
Los investigadores lograron reactivarlo de manera segura, lo que provocó que las células del corazón, conocidas como cardiomiocitos, volvieran a multiplicarse.
Como resultado, el tejido cardíaco dañado comenzó a regenerarse, recuperando parte de su función normal. Este avance podría convertirse en una terapia regenerativa pionera para pacientes con daño cardíaco irreversible causado por infartos o insuficiencia cardíaca, dos de las principales causas de muerte en el mundo. Los artículos destacan que este descubrimiento podría cambiar el futuro de la cardiología. Aunque las pruebas se han realizado principalmente en modelos experimentales, los resultados sugieren que la regeneración del corazón humano podría ser una realidad en el futuro cercano. Si se demuestra su seguridad y eficacia en humanos, millones de personas podrían beneficiarse, no solo reduciendo las secuelas de los infartos, sino también mejorando la calidad y la esperanza de vida de quienes padecen enfermedades cardíacas crónicas.












