Este hallazgo tiene implicaciones no solo para la física y la filosofía, sino también para el campo de la inteligencia artificial.

Sugiere que incluso los modelos de IA más avanzados tendrán límites lógicos intrínsecos, con ciertas verdades que siempre permanecerán fuera de su alcance.

La investigación ofrece una perspectiva profunda sobre la existencia, planteando una realidad que no puede ser completamente programada o simulada.