Hasta ahora, cada tipo de veneno requería un suero antiofídico específico, lo que dificulta enormemente el tratamiento en zonas rurales o remotas donde el acceso a múltiples antídotos es limitado.

Con esta nueva fórmula, un médico podría tratar eficazmente distintas mordeduras con una sola dosis.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 100,000 personas mueren anualmente por esta causa. Los investigadores esperan iniciar ensayos clínicos en humanos en los próximos años, con la proyección de que el antídoto pueda estar disponible antes de 2030.