Un zeptosegundo es una fracción de tiempo inimaginablemente pequeña, equivalente a una billonésima de milmillonésima de segundo (10⁻²¹ segundos). Para ponerlo en perspectiva, un zeptosegundo es a un segundo lo que un segundo es a aproximadamente 31.7 mil millones de años. En 2020, un equipo de investigadores en Alemania logró esta hazaña utilizando un sistema de láseres de rayos X. El experimento consistió en medir el tiempo exacto que tardaba un fotón en atravesar una molécula de hidrógeno, es decir, la distancia entre sus dos átomos. El resultado fue de 247 zeptosegundos.

Este logro marcó un punto de inflexión en la física experimental, ya que permitió medir directamente un proceso que ocurre dentro de un átomo, algo que hasta entonces solo se podía estimar mediante cálculos teóricos. La capacidad de observar fenómenos en esta escala temporal no es solo una proeza técnica; abre nuevas puertas para la ciencia.

Permite a los investigadores estudiar el comportamiento de los electrones y las interacciones entre luz y materia con una precisión sin precedentes.

Estas mediciones son fundamentales para el desarrollo de tecnologías futuras, como láseres ultrarrápidos, instrumentos de diagnóstico atómico, computadoras cuánticas y sistemas de comunicación ultrasegura.