Estos ejemplares, apodados "momias" por su increíble estado de preservación, ofrecen una visión sin precedentes del aspecto real de estas criaturas. El análisis de los fósiles, llevado a cabo por un equipo que incluye a paleontólogos de la Universidad de Chicago, se centra en dos ejemplares hallados en Wyoming: un adulto de 12 metros y un juvenil de seis. La extraordinaria calidad de su preservación, que justifica el apodo de “momias”, ha permitido estudiar tejidos blandos que raramente fosilizan, como la piel, las escamas y las estructuras de las extremidades. El descubrimiento más sorprendente es la presencia de una estructura similar a una pezuña en las patas delanteras, una adaptación evolutiva completamente desconocida para los hadrosaurios como el Edmontosaurio. Esta característica anatómica sugiere que estas extremidades podrían haber soportado más peso de lo que se pensaba y estaban adaptadas para un tipo de locomoción o comportamiento específico, quizás relacionado con la navegación en terrenos blandos o la manipulación de vegetación. Estos fósiles proporcionan una imagen mucho más completa y precisa de la biología y apariencia de estos dinosaurios herbívoros.

Mientras que los esqueletos revelan la estructura básica, los tejidos blandos ofrecen detalles sobre su fisiología, su interacción con el entorno y su evolución.

Este hallazgo subraya la importancia de los yacimientos de conservación excepcional (Lagerstätten) para avanzar en nuestro conocimiento del pasado prehistórico.