La hipótesis del declive gradual sostenía que cambios climáticos y volcánicos a largo plazo ya habían reducido su diversidad, dejándolos vulnerables.

Sin embargo, este nuevo estudio desafía esa visión.

Los investigadores analizaron el registro fósil y concluyeron que las comunidades de dinosaurios terrestres no aviares eran muy diversas y variadas hasta el final del período Cretácico.

Según sus hallazgos, estos animales no estaban “condenados a desaparecer” ni mostraban signos de estar abocados a un colapso inevitable.

Por el contrario, sus ecosistemas eran robustos y prósperos.

Esta evidencia refuerza la teoría de que el impacto del asteroide fue el principal y catastrófico responsable de su extinción masiva, un evento súbito que alteró drásticamente el planeta y aniquiló a un grupo biológico que, de otro modo, podría haber seguido dominando la Tierra.