Esta innovación podría convertirse en una alternativa menos invasiva y más precisa que la quimioterapia tradicional.

El tratamiento se enmarca dentro de la terapia fototérmica, un enfoque que utiliza la luz para generar calor y destruir células malignas. El procedimiento consiste en aplicar nanoláminas de óxido de estaño directamente sobre el área afectada.

Posteriormente, se irradia la zona con luz LED.

Las nanoláminas están diseñadas para absorber eficientemente esta luz y convertirla en calor de manera muy localizada. Este aumento de temperatura es suficiente para destruir las células cancerosas sin afectar el tejido sano circundante, lo que representa una de sus mayores ventajas.

La alta precisión del método minimiza los efectos secundarios comunes en otros tratamientos oncológicos. Los artículos destacan que en las pruebas experimentales se logró la eliminación de hasta el 99% de las células cancerígenas de la piel. Este avance es visto como un paso significativo hacia un “futuro sin quimio” para ciertos tipos de cáncer, ofreciendo una opción terapéutica más segura y dirigida que podría mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes.