Medía aproximadamente dos metros de longitud y pesaba unos 18 kilos.

El fósil recuperado es de una calidad de conservación excepcional, ya que incluye parte del cráneo, una columna vertebral completa hasta la cola y las extremidades casi íntegras. Según Agustín Martinelli, uno de los autores del estudio, “El Huayracursor probablemente vivió hace entre 230 y 225 millones de años”. Su hallazgo es fundamental para comprender los inicios del linaje que, millones de años después, daría origen a los gigantescos saurópodos. Este descubrimiento no solo añade una nueva especie al árbol genealógico de los dinosaurios, sino que también subraya el enorme potencial paleontológico de la región andina, que podría albergar más secretos sobre las primeras etapas de la era de los dinosaurios.