Esta tecnología entrena al sistema inmunológico para que reconozca las partes más estables y conservadas del virus, aquellas que no cambian significativamente entre las distintas variantes.

Gracias a este enfoque, el cuerpo puede generar una defensa robusta incluso contra futuras mutaciones genéticas del H5N1, lo que podría eliminar la necesidad de refuerzos o de reformulaciones anuales de la vacuna.

Los ensayos preclínicos, realizados tanto en modelos animales como en células humanas, han demostrado que una sola dosis es suficiente para generar una respuesta inmune fuerte y duradera.

La propagación del H5N1 ya no se limita a aves de corral y silvestres; recientemente se han detectado brotes en mamíferos como zorros, osos e incluso en granjas lecheras, aumentando la alerta sanitaria mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la prevención de la propagación del H5N1 como una prioridad global, y esta vacuna podría ser la herramienta decisiva para lograrlo si los próximos ensayos clínicos confirman su eficacia y seguridad.