Según un informe reciente, la AAS ha crecido en superficie desde 2014, cubriendo aproximadamente un 1 % más del planeta.

Los datos de los tres satélites de la misión Swarm, que han monitoreado el campo magnético durante 11 años (2014-2025), muestran que la intensidad mínima de la anomalía descendió de 22.430 a 22.094 nanoTeslas.

Se cree que el fenómeno se origina por inestabilidades en el hierro fundido del núcleo externo terrestre.

Aunque no representa una amenaza directa para la población en la superficie, la AAS sí plantea riesgos para la tecnología.

Los satélites y estaciones espaciales que cruzan esta región son más vulnerables a la radiación, lo que puede causar fallos en sus sistemas electrónicos y pérdida de datos. Chris Finlay, profesor de geomagnetismo, explicó que “el comportamiento del campo sobre esta zona es particularmente dinámico”, y señaló que una de sus áreas se está desplazando hacia el oeste sobre África, contribuyendo a un debilitamiento adicional.

Los científicos insisten en la necesidad de prolongar la misión Swarm para continuar monitoreando la evolución de este complejo fenómeno.