Los signos, que incluyen líneas, puntos y figuras geométricas, fueron encontrados junto a pinturas rupestres y restos humanos, lo que sugiere que poseían un significado simbólico o narrativo. Según los expertos, estos grabados no serían meramente decorativos, sino que podrían haber funcionado como un sistema primitivo para registrar información, contar historias o transmitir mensajes entre diferentes grupos humanos.

Este descubrimiento desafía frontalmente la teoría tradicional, que sitúa el nacimiento de la escritura hace aproximadamente 5.000 años en Mesopotamia. Si se confirma que estos símbolos constituyen un sistema de comunicación coherente, implicaría que los humanos del Paleolítico Superior ya poseían una capacidad de abstracción y simbolismo mucho más avanzada de lo que se pensaba. Actualmente, los investigadores se encuentran analizando los patrones y las repeticiones de los símbolos en diferentes localizaciones para descifrar si conforman un código o un sistema de protoescritura. Este análisis podría cambiar radicalmente la cronología del desarrollo cultural de la humanidad, demostrando que la necesidad de registrar y comunicar ideas complejas es una característica mucho más antigua de nuestra especie de lo que se había imaginado hasta ahora.