Para los astrónomos, esta es una oportunidad comparable a “abrir una ventana hacia otro sistema estelar”, ya que el análisis del color y la luz del cometa permite descubrir similitudes y diferencias con los cuerpos de nuestro propio vecindario cósmico, ayudando a entender cómo evolucionan los sistemas planetarios.

3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar confirmado, después de 1I/ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019), y fue descubierto el 1 de julio de 2025.

Su órbita hiperbólica confirma que no está ligado gravitacionalmente al Sol y que regresará al espacio profundo tras su paso.

Los datos espectrales obtenidos son claves para detectar los compuestos que libera, un análisis que hasta ahora se limitaba a cometas de nuestro sistema.

Tal como lo expresó el investigador Bryce Bolin, “cada cometa interestelar es un mensajero de otro sistema estelar, y estudiarlo nos permite comenzar a comprender la diversidad de mundos más allá del nuestro”.

Este evento también tuvo un componente educativo, ya que estudiantes de varias partes del mundo participaron en las observaciones en tiempo real.