La gran incógnita es cómo surgió esta colaboración.

Las investigaciones de la última semana abordan este problema desde un ángulo innovador. Un experimento clave ha proporcionado respaldo a la teoría de un 'mundo de tioéster', un escenario químico que pudo haber existido antes del 'mundo de ARN', que es la hipótesis dominante. Los tioésteres son moléculas capaces de almacenar energía y facilitar la unión de aminoácidos para formar péptidos (los bloques de construcción de las proteínas). Este modelo propone un camino plausible por el cual los aminoácidos y los componentes básicos del ARN pudieron empezar a interactuar y organizarse de manera funcional, superando el problema del 'huevo y la gallina' de la interdependencia ARN-proteína. Además, la investigación sitúa estos procesos en entornos geológicos específicos, como las fuentes termales, similares a las del Parque Nacional de Yellowstone, que se asemejan a las condiciones que probablemente existían en los lagos de la Tierra primitiva.

Este contexto ambiental proporciona un escenario verosímil para que estas reacciones químicas cruciales tuvieran lugar, acercándonos a comprender los primeros pasos hacia la vida.