Este conocimiento es fundamental para el desarrollo de tratamientos farmacológicos más precisos y dirigidos, que podrían ofrecer mejores resultados y menos efectos secundarios que las opciones actuales.

Además, una mayor precisión genética permite afinar las predicciones de riesgo, lo que podría facilitar intervenciones tempranas en individuos vulnerables.

El enfoque colaborativo e internacional del estudio subraya la fiabilidad de sus resultados y marca un hito en la investigación genética de los trastornos psiquiátricos, abriendo nuevas vías para la medicina personalizada en este campo.