Tras diez días de intensas discusiones en Ginebra y más de dos años de reuniones preparatorias, la séptima ronda de negociaciones para crear un tratado vinculante contra la contaminación por plásticos concluyó sin un acuerdo. Representantes de 184 países no lograron superar sus diferencias, principalmente debido a la presión de la industria petrolera y de naciones productoras de petróleo como Rusia y Estados Unidos. El objetivo de las conversaciones, iniciadas en 2022 por mandato de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, era establecer un acuerdo global para reducir la producción de plásticos y controlar su impacto en el planeta, donde se estima que para 2050 podría haber más plástico que peces en el mar. Sin embargo, el borrador presentado por el presidente de las negociaciones, Luis Vayas, fue calificado como “inadecuado” y “débil” por varias delegaciones, incluidas las de países europeos. La ministra de Transición Ecológica de Francia, Agnès Pannier-Runacher, declaró: “Los países productores de petróleo y sus aliados han optado por mirar hacia otro lado.
Nosotros hemos optado por actuar”.
La suspensión abrupta de las conversaciones en la madrugada del viernes, sin definir los pasos a seguir, generó inconformidad con la gestión del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). A pesar del fracaso, Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, afirmó que “todos los países claramente quieren permanecer en la mesa de negociaciones”. Por ahora, no hay fecha para un próximo encuentro, y algunos expertos, como David Azoulay del Centro de Derecho Ambiental Internacional, han solicitado que las futuras discusiones se reinicien desde cero en lugar de retomar el borrador actual.
En resumenLas negociaciones para un tratado global contra la contaminación por plásticos fracasaron en Ginebra, suspendiendo un esfuerzo de más de dos años. La falta de consenso, atribuida a la presión de la industria petrolera, deja en suspenso la creación de un acuerdo vinculante para atajar una crisis ambiental que, según los científicos, amenaza gravemente los ecosistemas marinos y la salud humana.