Los departamentos más afectados fueron Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo.
Las principales causas identificadas son la praderización con fines de acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva, la construcción de vías no planificadas, los cultivos de uso ilícito y la minería ilegal. Además, el fenómeno de El Niño exacerbó la situación al intensificar los incendios forestales. La ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi, reconoció que “los esfuerzos del Gobierno no han sido suficientes porque la deforestación persiste” y lanzó un “SOS por la Amazonía colombiana”. Preocupa especialmente el avance de la tala en áreas protegidas como los parques nacionales Tinigua, La Macarena y Chiribiquete, que junto con resguardos indígenas, sufrieron el 12 % de la pérdida forestal. A pesar del aumento en 2024, el gobierno destacó una reducción acumulada del 39 % frente a la línea base de 2021, superando la meta del Plan Nacional de Desarrollo, lo que indica que la tendencia de fondo sigue siendo a la baja en comparación con picos de años anteriores.