Los aminoglucósidos son fundamentales en el tratamiento de enfermedades como la neumonía, la sepsis y otras infecciones bacterianas graves, especialmente cuando otros antibióticos han fallado. La propagación de la resistencia a estos fármacos limita drásticamente las opciones terapéuticas disponibles para los médicos. Los científicos y veterinarios están preocupados por los posibles impactos en la salud pública y animal, y subrayan la urgencia de fortalecer la vigilancia genómica y desarrollar nuevas estrategias para combatir la creciente amenaza de las superbacterias a nivel mundial.
