Este fenómeno es crucial, ya que estos minerales son los "ladrillos" fundamentales que, con el tiempo, se agrupan para formar planetas.

Merel van ’t Hoff, profesora de la Universidad de Purdue, describió el hallazgo como “una imagen de nuestro Sistema Solar cuando era apenas un bebé”. Las observaciones de ALMA permitieron ubicar estas señales en una región del disco comparable en distancia a la del cinturón de asteroides de nuestro sistema. Este hallazgo no solo confirma las teorías sobre la formación planetaria, sino que ofrece una ventana única para estudiar en tiempo real un proceso que hasta ahora solo se conocía a través de modelos teóricos y el análisis de meteoritos antiguos.