“Con las nuevas tarifas propuestas, la situación empeorará”, señalaba el documento. El análisis contrastaba la situación de Colombia con el promedio de la OCDE, donde las tasas corporativas se sitúan cerca del 25 %. Además, se incluyeron advertencias de gremios como Asobancaria, que proyectó un aumento de 1,1 puntos porcentuales en las tasas de interés de los créditos como consecuencia directa del mayor costo tributario. Otro punto de fuerte crítica fue el impuesto del 1 % sobre las ventas brutas de hidrocarburos y carbón, considerado confiscatorio al no tener en cuenta los costos operativos, lo que desincentivaría la exploración y producción energética futura.