Adicionalmente, se establece una tarifa máxima del 5 % para los patrimonios más altos.

Por otro lado, la reforma plantea un aumento considerable en el impuesto a las ganancias ocasionales, que incluye premios de loterías, rifas y apuestas.

La tarifa propuesta para estos ingresos se elevaría al 30 %. Estas medidas se complementan con un ajuste en el impuesto de renta para personas naturales, cuya tarifa máxima alcanzaría el 41 %, y la eliminación de algunas deducciones. El objetivo es que el sistema tributario sea más equitativo, exigiendo un mayor esfuerzo fiscal a quienes tienen una capacidad contributiva superior, aunque genera debate sobre sus posibles efectos en la inversión y el ahorro.