Como parte de su búsqueda de mayor progresividad fiscal, la reforma tributaria del Gobierno incluye cambios sustanciales en el impuesto al patrimonio y en el gravamen a las ganancias ocasionales. Las modificaciones apuntan a que los contribuyentes de mayores ingresos y quienes obtengan ganancias por suerte y azar aporten más al fisco. En cuanto al impuesto al patrimonio, el proyecto propone una ampliación significativa de su base de contribuyentes al reducir el umbral a partir del cual se debe pagar. Según Sara Valbuena, directora legal de Ventus Consultores, el umbral bajaría de 72.000 UVT a 40.000 UVT, lo que obligaría a un nuevo grupo de personas a declarar y pagar.
Adicionalmente, se establece una tarifa máxima del 5 % para los patrimonios más altos.
Por otro lado, la reforma plantea un aumento considerable en el impuesto a las ganancias ocasionales, que incluye premios de loterías, rifas y apuestas.
La tarifa propuesta para estos ingresos se elevaría al 30 %. Estas medidas se complementan con un ajuste en el impuesto de renta para personas naturales, cuya tarifa máxima alcanzaría el 41 %, y la eliminación de algunas deducciones. El objetivo es que el sistema tributario sea más equitativo, exigiendo un mayor esfuerzo fiscal a quienes tienen una capacidad contributiva superior, aunque genera debate sobre sus posibles efectos en la inversión y el ahorro.
En resumenLa reforma busca una mayor equidad fiscal elevando los impuestos sobre grandes patrimonios y ganancias de azar, ampliando la base de contribuyentes y aumentando las tarifas, en línea con el principio de progresividad del sistema tributario.