Este gravamen busca formalizar y obtener una contribución de una industria que ha experimentado una expansión significativa en los últimos años.

Por otro lado, la reforma también contempla un impuesto a las compras virtuales de bajo monto, conocidas popularmente como "nininis".

Sin embargo, esta propuesta fue modificada durante las negociaciones.

Inicialmente se planteaba aplicar el impuesto a todas las compras, pero la nueva versión establece que solo se gravarán aquellas que superen los 100 dólares estadounidenses. Este cambio representa una concesión para no afectar a los consumidores de productos de menor valor, pero mantiene el principio de que las compras internacionales deben contribuir al fisco nacional.

Estas medidas reflejan un esfuerzo por adaptar la legislación tributaria a las nuevas realidades del comercio electrónico y los servicios digitales.