Una crisis de liquidez afecta al sector privado colombiano debido a una controvertida política de retenciones en la fuente y a las demoras de la DIAN en la devolución de saldos a favor. Esta situación, descrita como un “préstamo forzoso” de las empresas al Estado, se originó en 2023 cuando el gobierno del presidente Petro, a través de un decreto, elevó significativamente las tasas de retención, en algunos casos del 1,6% al 3,6%. Esta medida generó un aumento récord en el recaudo bruto de ese año, pero a costa de cobrar por adelantado más impuestos de los que correspondían. Como resultado, los saldos a favor de los contribuyentes se dispararon, pasando de $25,7 billones en 2022 a $40,5 billones en 2023.
Sin embargo, la DIAN ha puesto cada vez más obstáculos para devolver este dinero, suspendiendo solicitudes por 90 días adicionales o inadmitiéndolas por errores mínimos.
Según expertos y exfuncionarios, esta es una estrategia deliberada para no afectar las metas de recaudo del año en curso.
Mauricio Salazar, del Observatorio Fiscal de la Javeriana, califica estas retenciones como “un préstamo obligado que las empresas le hacen al gobierno con tasa cero”. Esta práctica exprime la caja de las compañías, especialmente las de sectores con altos ingresos y márgenes delgados, obligándolas a endeudarse o a cancelar planes de inversión mientras el Estado se financia con sus recursos.
En resumenEl aumento de las retenciones en la fuente y las demoras en las devoluciones de la DIAN han creado una crisis de liquidez para las empresas, que financian al Estado a tasa cero. Esta práctica, aunque infla las cifras de recaudo a corto plazo, deteriora la confianza y la capacidad de inversión del sector privado, generando un problema fiscal a futuro.