El Gobierno Nacional anunció una modificación radical a su propuesta de unificar la retención en la fuente para pagos electrónicos, eliminando el gravamen y fijando la tarifa en 0% para todas las transacciones digitales. Esta decisión representa un cambio significativo en la política fiscal, orientado a incentivar la digitalización financiera tras una fuerte reacción ciudadana y del sector tecnológico. Inicialmente, el Ministerio de Hacienda y la DIAN habían publicado un borrador de decreto que proponía una tarifa general del 1,5% de retención en la fuente para todos los medios de pago electrónicos, incluyendo tarjetas débito y crédito, billeteras digitales como Nequi y Daviplata, y el nuevo sistema de pagos inmediatos Bre-B.
El objetivo era "nivelar las reglas del juego" entre los distintos sistemas.
Sin embargo, la propuesta generó una reacción contundente, y la DIAN recibió más de 170 comunicaciones con comentarios durante el periodo de consulta pública. La principal preocupación, compartida por ciudadanos, gremios y el sector financiero, era que el impuesto desincentivaría el uso de canales digitales y provocaría un retorno al uso del efectivo. El director de la DIAN, Carlos Betancourt, reconoció que esto "debilita los alcances de verificación de trazabilidad de las transacciones, que es una herramienta útil en nuestra lucha contra la evasión y el contrabando". En respuesta, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, anunció el cambio de rumbo, afirmando que la nueva tarifa del 0% busca "afirmar el incentivo para el uso de medios digitales y electrónicos en clave de mayor transparencia y modernidad".
En resumenLa decisión del Gobierno de establecer una retención del 0% para todos los pagos electrónicos, en lugar del 1,5% propuesto, evidencia una respuesta directa a la retroalimentación ciudadana y sectorial. Esta medida prioriza el fomento de la economía digital y la trazabilidad financiera sobre un recaudo inmediato, buscando fortalecer la formalización y la lucha contra la evasión fiscal en el largo plazo.